martes, 29 de marzo de 2011

SEXO VERSADO EN EXCITACIÓN MAYOR


Amor que tus ojos con dulzura,
a mios son los tuyos que me miran,
y amo y deseo poseerte como una diva,
exhalar hasta el último de tus suspiros,
cabalgando tu mio encima sobre mi pecho,
besando como diva,
espejo de mi corazón.

¡Más y más, cielo mío, por mi no esperes!
Escurre blanca flor,
bella estrella,¡blanca por mi suspiro!,
que exhime al cielo una calada
y que te mira con dulzura,
besando tu nido de amor.

¡Gimamos, no paremos!
¡Oh, si, si, cuanta libertad!
Y se me van las manos a pechos prohibidos,
perdón, y acometo con la lengua,
y lentamente te como,
y lentamente te hago mi presa,
y lentamente te hago mía,
¡oh tu , mi amor, dulce amor,
flor de nácar, bella estrella!

Son las horas perdidas,
y hacemos de la pasión nuestra fe,
de la masturbación el vino de oración,
que muerdes con la tentación,
¡oh, joder, bendita sea la adoración,
que al dios de mis piernas rindes!
Arrodillada ante mí.

¡Ahora me toca a mí, comer el pan sagrado,
que entre tus piernas se aguarda!
y que sin recelo tu me muestras,
el camino de la senda oscura,
iluminado por mi pureza,
que tan hondamente penetrado,
hallando la más suprema elevación.

¡Comamos, comamos, y bebamos desta deliciosa la tentación!

¡Oh, amor mío,
oh, si, sí, amor!

YO NECESITO AMOR


¡Amor, amor!
¡Yo necesito amor!
¡Más, más, yo necesito amor!

¡Mujer ven a mí,
que tus manos acaricien mi pecho,
que en mil amores se funda nuestro beso!

¡Oh tú, destierro,
yo desterrado!

Yacen en mi mente los vacíos,
inexorables, por ¡oh saber mi destino me expugnan!,
por los mares del olvido,
de mi, mio destierro,
mas y yo solo deseo eso,
el deseo del recuerdo,
el deseo de nuestro beso.

¡Oh tú, destierro,
yo desterrado!

Que tan profundo como tu beso,
absorbe en mi las ansias invitadas por el ímpetu,
mi vida caina del levantamiento,
mas orgullo es esperanza,
tumultuosos son los abismos,
que el mar estalla mi corazón contra las rocas,
y de tantas veces que verme me veo,
por Estigia nadando,
pues recuerdo mío es el deseo, del amor,
de amar y ser amado,
y me vence la sinpiedad de la tormenta,
yo barca que naufraga,
mas y no quiero ya seguir escribiendo,
que ya la noche oscura de la penumbra,
nubla mi juicio.

Tu aliento,
mi esperanza...

¡Oh tú, destierro,
yo desterrado!