viernes, 27 de agosto de 2010

PARA LOS SABIOS, LIBRES Y RELIGIOSOS


Reflexiono sobre el mundo con mi corazón elevado, no dejo de pensar, a veces, el odio habla por mi, por la soledad de la montaña, más solo hablo con las hojas, hablo con las aves y me deleito con el volar del águila, y sueño...Sueño con que descenderé y me quedaré con la masa, pero lloro por ella, lloro por mi soledad y me maldigo,maldigo mi destino infinitas veces, el porqué debo yo pensar por la masa, y pienso que es por llamar la atención, pero pensando solo la ahuyento, y es entonces cuando más maldigo mi destino, el de haber subido a la montaña y ahora haber descendido. No se, tal vez sería conveniente que volviera a subir y que durmiera en mi cueva, aunque es cierto ahora estoy en una especie de cueva, pero sigo pensando en la masa. ¡Que tragedia es la de ser español me repito tantas veces!. Y clamo al cielo, y es entonces cuando blasfemo contra muchos de ellos, entre los que menciono:


A los sabios, contra aquellos idiotas que se dejan dominar por su ideología y que blasfeman contra los hombres libres. Porque ellos dependen de sus palabras, dependen de lo creado, no actúan como creadores, porque ello ya lo creó su doctrina, su sagrada cultura. Su fe en lo eterno les lleva a remontarse a tiempos inmemorables para justificar las acciones en el presente, ellos, los sabios. No dependen más que de su sabiduría, están vacíos por dentro, dependen de las cosas ajenas a su corazón. Porque la verdadera sabiduría se expresa mediante la voluntad de lucha, ellos no tienen voluntad de lucha, ni tampoco se arrodillan para perdonar, es más su justa sabiduría les hace creerse vanamente orgullosos, les hace ir con la cabeza alta, tan alta que no ven las piedras contra las que tropiezan. Entonces sienten dolor y se lo atribuyen a los otros, porque como van con la cabeza bien alta y aún caídos no ven la causa de su caída, les castigan, ellos los sabidos. Luego dicen que hacen muchas cosas,creerse sabios, justos, más cuanto más sabios son, más su ignorancia crece, y entonces lo peor es que el pueblo cree en ellos. Pero un día tropezará su cabeza, su orgullo les imposibilitará ver el muro contra el que chocaran, y entonces para gloria de los verdaderos sabios ellos desaparecerán y una nueva casta, una nueva élite hará honor al termino sabiduría. La de aquellos, la de aquellos que pongan orden y hagan honor a la sabiduría siendo humildes y reconociendo sus errores.



Pero la cadena de la ignorancia, de la esclavitud continua,y estos a su vez blasfeman contra los hombres esclavos, ellos los que se creen libres, porque su vida pende de un hilillo, cuelgan de la roca mal llamada libertad, y el problema es cuando ese hilillo se rompa. Entonces regresan a la condición de hombres esclavos de los que más adelante hablaremos. Tienden a hablar de equidad y de derechos sociales, más la justicia es su promesa, no es una condición, es un sueño, su vida se basa en doctrinas que nunca se cumpliran, y entonces su día a día se transforma en una especie de sueño. Niegan la realidad, se niegan a ellos mismos, niegan su presente, se creen libres porque así lo creen ellos y nadie se les puede acercar para decirles lo contrario, porque entonces lo tachan de esclavo. Tienden a tergiversar las cosas en favor de su libertad, tienen a ver el mundo de las ideas como quimeras, por ello cuando tienen algún contacto con la realidad el hilillo sobre el que penden se rompen y se vuelven esclavos.



Luego los esclavos que se aferran a la religión como único consuelo, aquellos que ven en las plegarias su única manera de olvidar, y que mediante la religión son mucho peores que los hombres libres, estos se aferran a las promesas, se aferran al vacío, pero no a los sueños porque carecen de ellos, esperan la llegada de un falso mesías, esperan el ocaso de los tiempos para salir adelante. No creen nada más que en las piedras, las piedras hablan por ellos, dictan los derechos y la filosofía moral propia de las piedras, esclavitud, y a eso los esclavos lo llaman justicia. Pero aún peor es cuando bajo su dios les impone su ética sobre el bien y mal, entonces son aún más rateros y actúan con la verdad absoluta, hacen justicia y obran acorde a lo que es bueno o malo, ellos los justos, los mediadores entre el bien y el mal.

Entonces,¿que hacer si aún los fantasmas se me aparecen dentro de la cueva?, sinceramente no lo se, sigo escribiendo dentro mi cueva, aislado, odiando cada más al mundo, pero a la vez trato de mezclarlo con mi amor, y ser sabio, tratando de despojarme de las cosas vanas, y viendo a una sociedad de hombres justos contra...los que blasfemo.