domingo, 18 de diciembre de 2011

EL FIN DE LAS MUJERES


Beben para olvidar, beben para dejar de pensar quienes son. Sus vidas se distraen en eso, en la obcecación con una sustancia de nombre alcohol. Sus vida es un engaño, viven por vivir, sin importar las consecuencias. Son esclavos de sus egos, de la materia, pues para vivir, necesitan de ella, desinhibirse. Y muchxs son malvadxs, usan el alcohol como una droga con la que amargar a los demás, con la que sacan a relucir los defectos de peones de los que ebrios, se ríen de ellos, y a los que la ironía llama amigxs.

Sus palabras son efímeras, tanto como sus vidas. No buscan porque no tienen nada que buscar, solo su perdición enmascarada bajo un triunfo pasajero, un falso placebo, imbuido en una copa de cristal...

Son guapas, de grandes ojos, bellos cuerpos...

Se enmascaran bajo la apariencia de putas, pues como putas así es como quieren que los varoniles las traten. Es suya la desgracia, de tener que ser algo que no son en el fondo, movidas por un machismo que sigue vigente en nuestra sociedad, y que ha cambiado de pantalones, y en dicho, de calzoncillos. Por ello, así como tal, desean que hablen de ellas los varoniles, comentando lo putas que son, las cosas tan guarras que hacen. Y todo por un puñado de efímera fama pasajera, que se escurre en una fría noche de invierno de borrachera...

Desearían ser felices, pero no pueden, dado que la sociedad machista aún hoy en nuestros días, las educa para ser putas. Y duele decirlo, pero así es. Y al hablar con ellas, darlas palabras sinceras, no por afanes varoniles, sino por sinceros amistosos, ves una luz brillar en sus ojos, y cuenta te das, de que el orgullo de mujer soterrado bajo puterios y demás ralea varonil, vuelve a relucir, y vuelven ende, a sentir la fuerza y el vigor, con el que un día vieron la luz de un mundo al que más tarde, sucumbieron...

Ya lo dije vez anterior, que sociedad enferma y decadente es la que al espejo es la que no quiere verse...

Por falta de aprecio, en el fondo ya no amamos, solo buscamos una sensación glandular, nada más, y con ello alimentar nuestro ego, no la pasión, y seguir, seguir destruyendo, consumiendonos más y más, rebozándonos en nuestra propia mierda...

Ellos de fútbol, el pan de la masa, de los esclavos; de modas absurdas creadas por el capital, que siguen incluso, aquellos que hablan de colectivismo, y obra de ver, pijoterio en su día a día, hippies de fin de semana.

Ellas de moda para vestirse como tales palabras citadas ahí arriba; y sobre lo rica que esta La tarta de Manzana. Reafirmando una vez más, su papel sumiso ante el hombre.

Y es que solo las buenas intenciones se nos muestran en la tele, de jóvenes guapos, sexys e inteligentes; ellas igual. Pero en el fondo siempre he pensado, pienso y seguiré pensando, que todos somos unos CABRONES QUE NO QUEREMOS MIRARNOS AL ESPEJO.

Un saludo!