jueves, 7 de julio de 2011

EL FIN DE LOS HOMBRES LIBRES


Otro mañana vendrá,
nada del hoy quedará,
y atrás quedarán los recuerdos,
y atrás quedará la pasión,
y atrás quedará el amor, la vida...

No hay nada, nada queda ya,
cenizas, lenguas del infierno,
ríos de púrpura, que manan,
y llora la montaña,
no hay esperanzas, no queda ya nada...

Lucharé, moriré,
mis manos agarran la espada de los dioses,
la espada que rebelarme me hace,
contra el panteón, arrasarlo,
dar sangre a mis tiranos,
mas y con ello fin pondré a los esclavos,
morirán con ellos,
llorarán aferrados a las piedras,
y lenguas del infierno son las que les prenderán...

Sueños y leyendas, de que hubo libertos,
que desnudos al mundo entero prendieron fuego,
y mas y en su afamada locura a la muerte rieron,
buscándola sin piedad,
sin nada que perder, lucharon, y perdieron la tierra,
ganaron la gloria...

Cabalgando solo, por infinitas llanuras,
meciendo mi alma en la brisa de la tormenta,
ahullando en el destierro,
viendo como el mundo comienza a arder,
los esclavos rien y yo lloro y lloro,
y cada lágrima es una gota de sangre vertida al mar,
seco, en la desolación de la ignorancia,
por entre los ilotas, falto de corazón, llenos de repugnancia,
mi odio y mi cólera se cimentan en su final,
con sus ropajes, su sermoneria, su final,
nada para ellos hay...

Subiré a la montaña desnudo,
desde la montaña arderé,
una estrella en la oscuridad,
partiré hacía el firmamento,
volaré, y atrás estallará el mundo,
en mil pedazos roto.
Dejaré de ser humano y seré ser,
volaré tan alto que me difuminaré,
en el oasis de las estrellas,
mi brillo, mi eco se perderá,
y nada de mi pasado será,
la humanidas será un eco lejano,
perdido en el vacío, en su soledad se consumirá.

¡Volaré tan alto como águila me encumbre,
desde la montaña arderé,
mi sangre se derramará y el mundo arderá,
se consumirá el principio del fin,
la humanidad presa de su ignorancia,
aterrada y morira!
¡Y a los hombres y mujeres libres,
es el mundo se nos consume, se nos muere,
nuestra patria esta en las estrellas!
¡Ya hemos partido hacía el firmamento,
nuestra alma ha comenzado a elevarse,
el mundo se muere y nosotros
a vivir comenzamos!
¡Que locos nos llamen, que nos humillen,
que se rían de su propia ignorancia,
baluarte de la estupidez y la codicia humana,
mientras sus pies son regados de llamas,
continuamos nuestro camino,
por encima de las piedras,
ellos viven para morir, y nosotros morimos para vivir!

¡Gloria, honor, fuerza!