martes, 27 de octubre de 2009

ANALIZANDO CON VOLTARIE DOS CITAS SUYAS SOBRE LA LIBERTAD


"No estoy de acuerdo con lo que tu dices, pero defendere a ultranza tu derecho a decirlo".
Y tiene razón Descartes al afirmarlo que debemos todas las ideas provenientes de almas pensantes carecen de un solo juicio y estas se han de someter a no uno, sino a varios, puesto que todo sea bueno o malo nos enriqueze y nos ayuda en nuestro camino.
Pues la concesión de una sola verdad, verdadera e inmutable concede al sujeto que la porta estupidez por no ser consecuente de sus acciones ni de sus fallos. Y al otro/os concede el grado de la ignorancia pues regalan su pensamiento al que lo porta y con ello entregan toda su voluntad y con ello, el destino de sus vidas. Pues sabido es de locos que a lo largo de nuestra historia hemos sido cabezas colgantes una misma cuerda, que a lados a la conveniencia de aquel que la movia se movían nuestros destinos sin valorar la perdida de los nuestros, pues solo eramos cabezas colgantes, sin cuerpo para cortar la cuerda, solo eramos nada, que creiamos movernos al ver el mundo girar, sin darnos cuenta de quien nos movia.

Y de tal grado creo que es una explicación lo suficiente coherente y metaforica sobre como las masas ignorantes penden siempre y se dejan engañar por parte de alguien superior, que las domina simplemente porque es listo y provechoso y sabe obrar usado algo que esas masas desprecian, la inteligencia y la voluntad y con ello tener poder y poder, pero aunque ello no conlleve a nada, mismamente es una forma de destrucción que acarrea sufrimientos y sufrimientos.

El problema surge cuando esas masas se rebelan, recuperan su cuerpo y en acciones sin ambas facultades sin preocuparse de cual es su autentico problema de su esclavitud cortan solamente la cabeza pero no arrancan el corazón, y uno de ellos al final acaba sustituyendo al tirano y volviendo a instaurarse de nuevo bajo nuevos preceptos con el fin de una dominancia más eficaz.


"Decimos una necedad y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola".
Razón tiene pues, que la existencia de nuestros días se basa en las mentiras, pues estas no conducen a nada y por lo tanto no obligan al ser a pensar, y así con el rango de verdades no hacemos más que disfrazar nuestro infierno en un paraiso, que al precio de renovarlo muchos de los nuestros caen, simplemente por un vago y absurdo placer.

Pero en cambio si de verdad disfrazasemos a la verdad veriamos como estas por si solas nos obligan a pensar y por lo tanto a desarrollar nuevas cualidades que como el agua pura por un manantial, borran a las anteriores y ocupan el puesto que las estan destinadas para mejor servir al alzamiento de la voluntad y con ello dar fruto a la libertad y esta posteriormente a la verdad.