miércoles, 7 de diciembre de 2011

EDUCACIÓN PARA LA MUERTE


Antes de comenzar a leer este artículo, primero te pido que veas este divertido e hilarante corto de Walt Disney allá por mediados de la II Guerra Mundial. En él Disney realiza una caricatura de la educación nazi, enseñando a los infantes alemanes el arte de la guerra y de morir por una ideología. Lo mismito que hicieran otras potencias rivales durante dicho periodo, para que así sus soldados pudieran dar sus vidas sin tener que replantearse el sí era justo por lo que morían o no.

Ahora, te pido que lo vuelvas a ver, o a imaginar, y cambies el rostro de Hitler por el de Obama (sí, un príncipe negro en un cuento europeo ¿y??), y el de la bella durmiente alemana por el de una pija estadounidense, tal vez el de Paris Hilton. Y que entonces digamos que:" Erase una vez una guarra norteamericana, que estaba dormidita la muy puta tras una noche follando con asquerosos musculitos de pacotilla, soñando con sus vestiditos de puta de Prada y bolsos para la profesión de Versace. Y un buen día, ella ajena a la realidad de guerra que la rodeaba, vino un negrito pijo y con corbata del Cola-Cao llamado Obama, la besó y la despertó. Y entonces la puta durmiente comprendió que debía de dedicarse por completo al arte de la guerra para asegurar su futuro de porvenir nihilista. Y así Obamanito se la llevo en su mula vieja alimentada a base de refrescos a su paraíso llamado Israel, desde el cual comenzaría el desastre que llevó a luchar a la humandiad en la IV Gran Guerra con palos y con piedras, tal y como decía Einstein. Y pasaron los años, y a los niñitos en lugar de mirarseles por su raza, se les miraba por su condición de ricos y pobres. Los que eran ricos no luchaban dado que mediante el dinero se libraban del desastre y vivían felices sirviendo al sistema en sus mansiones del centro de la ciudad; pero a los pobres se les obligaba a educarse para morir en una guerra de la que no podían evitar. Y así mientras los ricos tiranizaban a los niños del mundo, los pobres eran educados para matarse los unos a los otros, niños de naciones contra naciones, por cosas absurdas, como el dinero surgido del petróleo, o por tierras cubiertas de sal" Y así termina el cuento. Con tumbas escupidas en la ignominia de servir a una patria de billetes de dolar con el NOVUS ORDO SECLORUM (Nuevo orden de los siglos)

Bien, ahora tras esta explicación. Me voy a referir en cuanto a la educación que reciben nuestros infantes.

Hoy a nuestros infantes e infantas, no se las educa en las matemáticas, en las ciencias, ni en la bella historia. Se les educa en los Calls of Duty´s, aprendiendo a matar conglomerados ordenados de figuras poligonales con apariencia humana, que dependiendo de la conexión, obedecen a IA´s, o a inteligencias humanas dependiendo de si la conexión es a Internet, o a red local. En los que entre ellos, unos de España, otros de Francia, otros del Perú, y otros de la Australia, entre todos se matan. En recreaciones muy realistas, de entornos de guerra modernos, usando instrumental bélico de nuestra época, para dichos fines. Y por encima de todo ello, sobresale la bandera del Imperio, como señor por el que los jugadores en la historia o partida, acometen la guerra por algo justo. Igualito que en la II Guerra Mundial o en el Viet Nam, cuando se les enseñaba a los jóvenes americanos a morir por un ideal supremo llamado "felicidad", la del capitalismo americano obviamente, en beneficio de los poderosos que gobernaban sus míseras vidas, y con respeto a los que murieron por esas farsas.

He de citar, que eso igual, antaño, sonaba a cachondeo entre la población, eran los 90 claro esta, y las intenciones sobrepasaban a unos medios tecnologícos muy pobres, que no fueron capaces de vaticinar este espectacular desarrollo gráfico y de otras características por parte de los programadores de videojuegos. Pero ahora, por propia experiencia de haber estudiado vídeos en YouTube de esos entretenimientos, puedo asegurar con completa certeza, que el entrenamiento militar de la juventud, para servir en una futura guerra a favor del Imperio, se esta realizando con eficacia. Lo único que les falta a los jugadores cuando llegue el momento, es mazarse estilo Rambo, pero vamos, un par de pastillas, de sedantes, algo de tecnología, y un par de carreritas hasta el cerro y algunas flexiones, y listos, ya pueden morir, ellos, autómatas de la destrucción.

Porque para nuestra juventud, el concepto de morir ha perdido fundamento. Creen que morir es como cuando te disparan en los videojuegos, que no sufres, y que te vuelves a reencarnar de nuevo. Ello esta fundado también en la cultura de la muerte de Hollywood, cuyo mérito artístico de los directores, es matar constantemente en las pantallas, haciendo de ir al cine, un acto de sanguinismo horrendo, de deleite de los espectadores, obviamente con guiones que apoyen la idea de Estados Unidos como nación justa y soberana del mundo. Ello sumado a la crudeza de la violencia de la que hacen halago los medios de desinformación, en millones de pantallas de todo el mundo, a través de sus programas o telenoticias. Entonces, como resultado, tenemos no solo a una juventud, sino a una sociedad entera, que asume y justifica el asesinato a favor de unos dogmas que la han metido en el cerebro, y que por ende, se discrimina así misma en todos los ámbitos u estrados de la sociedad.

Entonces tenemos justamente y no solo en Call of Duty, sino en más juegos, ambientados en otras épocas a asesinos en serie, dispuestos como he dicho en el anterior párrafo, a matar sin pensar. Máquinas programadas por la tecnología. Y para demostrar mi tesis, te invito lector/a a que busques en la red, el juego Brother´s in Arms y su influencia en el ejercito norteamericano.

Sin más y dando por concluido este artículo, voy a mostrar un vídeo del citado videojuego, y una viñeta de www.cuantocabron.com que me hizo bastante gracia por su razón.


Un saludo!