sábado, 27 de junio de 2009

EL ÚLTIMO ADIOS...


Pasan los días, pasa el tiempo, en pocas palabras, pasa la vida, y viejo ya, con canas en mi interior, con el cuerpo derrotado, como si una vida entera viviese cada día. Me doy cuenta de que quiero salir, y quiero volar pues ya no es tiempo para soñar, ya no es tiempo de héroes, ya no hay lugar para el honor, ya no hay lugar para amar a una bella mujer en un mundo abocado a su fin, el de la ignorancia. Y no puedo y no quiero sufrir viendo como mi mundo se hunde, y nuestra edad llega a su fin, la edad de los últimos señores de la libertad, y con ella nuestra barca, y nuestro árbol sagrado llamado Europa al que juramos eternamente proteger en la vida y en la muerte. Nos hundimos, si nos hundimos, pero en un bello pero triste final, tratando un así de achicar el agua que cada vez más nos sumerge a las profundidades del olvido pero no nuestro corazón que cada día es más fuerte y un día se elevará por encima de el todos.


Harto de una rebelión que nació con migo, de liderar en la sombras, una lucha por dar un sentido bello, una nueva concepción en la que la belleza y la pureza de las cosas vivas y no vivas es la clave de una armonía entre el mundo y nosotros ;Cansado de vivir en la oscuridad, tratando de brillar y brillar como una estrella que de el mundo se despide, clamando libertad, amando hasta el final a aquellos, a aquella bella mujer que nada y más me pesará siempre hasta el fin de mis días no puedo hacer nada, para evitar que pierda su brillo, pierda la esencia de una diosa.


Ya no hay esperanza, solo vivir por vivir, en un combate que para mi ha terminado, un combate por la raza del espíritu y de la virtud y solo queda terminar mi tiempo entregadolo todo lo que pertenezco a los dioses, al tiempo, y mis palabras al viento...

Ahora ya no me queda más que esperar, pues nada en esta vida tengo que hacer si no esperar,
y que sean el cielo y la tierra mi único ropaje en este mundo de muertos, por el que tanto sufro y con tantos dolores como Atlas, soporto pese a todas las inclemencias de esto a lo que llamamos vida.

Ahora caminare desnudo y ciego, entre lágrimas,por no haber podido cumplir mi destino, el haber evitado una perdición de alguien muy especial, descalzo sin nadie, esperando esa oportunidad, para a la gloria partir y que brille tan alto como estrella pueda verse mi corazón y desde cualquier rincón de este inmenso universo a todos aquellos ojala lo que en mi vida no pude hacer, se haga en muerte, en las penumbras de sus vidas pueda Yo guiar.


Adiós vida mía, diosa, adiós mundo, adios amada Galicia...