lunes, 23 de abril de 2012

CARRERA POR LA MAR



Los cielos arden y tan pronto como su llama comienza, termina,
el viento sopla, y tan pronto como comienza, cesa,
la arena me azota, La Mar me envuelve,
corro sin sentido y sin él,
el Sol me mira, me acaricia,
siento al mundo mirarme, correr conmigo,
a las arenas moverse a mi paso,
cada pisada izarse más y más lejos,
y sentir en mi cuerpo el viento, bordeando todo mi ser...

¿Quien soy? y nadie me da la respuesta,
no siento a mi nombre, no siento a mi orgullo,
solo siento una fuerza, y es la felicidad,
y siento la furia arder dentro de mí,
y en mi mano mientras las arenas atravieso,
siento por momentos, una espada,
y en mi corazón siento a la paz susurrarme,
honor y el valor de tenerlo,
y los vientos con más fuerza soplan,
y las arenas se levantan,
mientras La Mar, embate con fuerza y cae ante mis pies...

Pasa la distancia a mi lado,
y toco la piedra de la eternidad,
la que se erige vigía de navegantes impávidos,
que a La Mar osan desafiar,
y ante ella, por segundos poso, y la miro,
y contemplo al Sol del atardecer,
brillar a los infantes que captan su brillo,
en la flor de su inocencia, aún con el alma sana,
dorar sus cabellos, vitalidad su alegría,
bellas jóvenes también, las que oír sus sonrisas me pace,
y solitario pues...marcho de nuevo...

El viento esta vez no es compasivo, no existe la compasión,
sopla con toda su furia, apenas puedo avanzar,
la arena me desgarra la piel, me ciega,
La Mar impasible, inunda mis pies,
mis piernas quieren parar, pero mi alma no,
y avanzo, lucho por avanzar,
cada metro es un metro ganado a la vida,
y a mis demonios...

Derraman mis ojos perlas de dolor,
crujen mis piernas tratando de avanzar como pueden,
mas y sonrío al ver, como evado mi cuerpo,
avanza mi alma,
y los vientos desaparecen, las arenas se evaden,
otros se sienten abstraídos por ellas, y apenas pueden avanzar,
pero en mi ser son vencidas y como tal sucumben esta vez,
y mas es mi fuerza, la que raudo me hace correr,
fiera, feliz, sin cargas,
henchido de paz...