-Porque somos idealistas y soñamos, porque somos humanos y erramos, pero somos diferentes, y aprendemos a vivir.
-A vivir en un mundo de sombras mientras lentamente vamos tejiendo nuestra venganza, contra un mundo de hipócritas, contra un mundo dominado por ignorantes y por cobardes, contra un mundo que nos humilla y hace de nuestro vivir un tormento.
-Tormento que nos endurece y nos hace más fuertes, y nos enseña a amar a aquellos débiles que ilusos creense fuertes y con ello tiranos de ellos mismos en este mundo.
-Mundo del que cada brizna de hierba, granito de arena, partícula viva, nos parecen maravillas.
-Maravillas que ilustran la perfección de una sola conciencia unida, que halla en la armonía su perfección.
-Perfección a la que deseamos llegar, pues sabedores que de una desnudez del alma, surgirá una llama.
-Llama que en nuestra lucha por ideales, por libertades de las que todos quieren desprenderse y ser esclavos, nuestra esencia es la rebelión.
-Rebelión por la virtud frente a la decadencia moral y espiritual de unos hijos de una tierra que han abrazado la sombra frente a luz, el miedo frente a la valentía, la ignorancia frente al conocimiento, hijos que han caído en el horror de su existencia al verse desposeídos de su identidad.
-Identidad que nosotros afirmamos, la de cada hombre o mujer a ser a si mismo y no someterse más que a su voluntad.
-Voluntad la de los pueblos para ser libres y no someterse a tiranías de otros que venden su alma al goce absurdo del poder y con ello caen en la esclavitud.
-Esclavitud contra la que nos rebelamos en pos de un futuro construido por voluntades en la esperanza de un mañana mejor.
Termino con un poema triste, pero que es como un grito de desesperación por alzarse con la vida.
La vida de Europa cuyos hijos, por ella amamos y luchamos.
Terra mía,
¿Dónde esta mi alma,
si es que en ti reside?.
¿Dónde esta mi paz,
que en tus hijos tanto busco?.
¿Cuan será mi final,
si es que en ti lo hallo?.
Y son mis días eternos,
de llanto y amargura,
solo verme,
amar y amar,
pero soy como un eco,
nada de mi pervive.
Madre Gea,
a ti que tanto honro,
matame y hazme libre,
despiertame y hazme feliz,
envía a tus hijos a por mi,
y que de mi sangre,
brote esa paz,
que tanto ansío,
esa libertad,
que tanto deseo.
¡Madre matame!,
dame fuerzas para
tan amargo destino afrontar,
pues no es mi vida sino triste,
condena,
y a ti te ruego,
y a ti te amo.
Hazme libre,
dejame volar,
dejame soñar,
liberame de este mundo,
pues más dolor,
en el alma no tengo,
y solo te pido,
que libre me hagas,
y con ello alumbré con mi legado,
a aquellos infelices,
que como viento,
me preceden.
Pues a ellos les amo,
más mi vida,
por ellos se consagra,
y solo deseo morir,
para que en mi legado,
busquen aquello
por lo que luché,
la libertad,
amada libertad.
Hazme libre,
matame y dejame soñar,
con la felicidad,
madre...
