lunes, 29 de diciembre de 2008

EL FIN DE LOS TIEMPOS. (en verso libre)


1


Silban los vientos triste canción, huidos entre los fragmentos, de una vida. Que hace tiempo, mucho tiempo, cuando el día era alegría, y la noche tristeza. Hubo un tiempo de guerras, por la hybris de los dioses que a sus hijos mal causa, dolores y dolores, por la llegada de las erinias, portadoras de la venganza, contra aquellos mal habidos que un día decidieron olvidar; Olvidar el mundo, desterrarle y crear uno propio, un mundo para no sentir, ser esclavos y esperar hasta el fin de los días a morir.

Dicen, que la gloria perdió su ser, sin que nadie la alabase, pues no había héroes, ilustres a los que honrar, y silba el viento lentamente como perdido, reflejando su agonía cuando nadie la quiso y a las moradas tuvo que yacer.

De lo que de ella fue su tiempo antaño, más allá de los últimos hombres, de tiempos de honor y coraje, de tiempos de lucha y culto a la vida...


2

Mientras el tiempo lentamente va pasando, viejo y araposo, allá en un pequeño pilar de madera postrado el árido suelo, del que cuentan un día sus hijos en acto de matricidio le quemaron como muestra de desafío. Yace sentado en el, viejo y enfermo, pero con fuerzas aún en su corazón para lamentar, un anciano agazapado. Mientras sopla aún con melancolía el viento al árido paraíso, de muerte, teñido de rojo por el recuerdo de los que allí moraron. Mientras las últimas llamaradas del sol alzándose en el horizonte, que sacuden con fuerza a la nostalgia, van encerrando en el manto de la noche.

Cubriéndose el cielo de perlas, las almas salen a lamentar, de sus tumbas en la nada, a los dioses piedad por sus acciones suplicar...


Mientras agoniza triste el anciano, alzando sus ultimas palabras. Antes de zarpar.

Anciano: -Lloro, lloro a mi pesar, en esta noche que mi ser envuelve, y a mi pesar he de escuchar, incesante canto de las almas. Desgraciados, reflejos de lo que vuestra gloria quisisteis desterrar. Y a mi tierra, titanes hijos de Europa, a ella con vuestra ira la quemasteis. Sin honra vuestro matricidio cumplió...
Con el tiempo pasado de vuestra ira, que ahora la soledad me consume, la que obligo a vuestros hijos a matarse entre ellos en el caos, de no ser conscientes de su voluntad, de su identidad de la que dijisteis que renegaran sin saber porque. Preguntas os hicieron, pero vuestro carente rencor, se lo negó...

Y ahora con sus gemidos, venganza claman, mientras agitan sus ethos en esperanza de desvanecerse y a sus sufrimientos fin poner.

Más es mio el pesar cuando parta.
¿Quién se apiadara de mi cuando mi cuerpo se cubra por el negro manto de la noche?.

Dejarlo a merced de la corrupción, esclavo que no pueda salir, vivo en muerte. Triste destino el que me aguarda.

Pues desdichado soy, así, tras una vida de destierro de ella misma, dedicada a alabar y pedir por aquellos hermanos caídos. Así recompensado soy, con infierno en vida y muerte.

Peregrino de la penumbra, azotado por la enfermedad.¡Ay de mi desdichado, en mal momento zarpo!. Más me aflige el recuerdo.


Voces: - Vosotros hijos nuestros, de nuestra pureza sois herederos, venerables obras de Hefesto el poderoso.

Vosotros que nos abandonasteis a nuestra suerte en el destierro, en el olvido mientras a la piedra de la ignorancia empezasteis culto a rendir, más esta os traiciono por donarla la inteligencia que os dio a su vez la libertad, que por falsas felicidades creadas de no vuestro ser, vendisteis.
Preparaos a su vez para olvidar y ser olvidados, que el tiempo no se termina sino que se recicla, y después del caos vendrá el orden, con el la vida. El nuevo despertar.
Así pues último hombre, más tus suplicas son en vano, de un fin que os advertimos a evitar vuestra destrucción. Paga ahora con tu sueño, y clama por el devenir de caos.

Anciano: ¡Ay de mi dioses!. Mal por mucho que os pese, destino me depara, que no es justo mi sacrificio en mal de otros.

Así mismo llega mi corazón al fin, mi vieja semilla dice adiós, y se pierde. Y no ya no existo porque soy producto de el devenir, de las probabilidades que otro tiempo a esta tierra podrían haber dado.

La noche se ha cerrado a si misma, la oscuridad envuelvelo todo, y solo se escucha el silencio, mientras el tiempo dice , y los recuerdos se suceden en una cuenta hacia atrás por el infinito, hasta que te levantas de tu sueño y te pones a pensar, que tal vez esto puede ser real. Y ahora es el momento de actuar para evitar nuestro naufragio.
Entonces mira a tu alrededor cuando salgas a tus quehaceres y contempla el mundo que te rodea, el caos que empieza a aflorar. Y como con poca tierra se hace una montaña, empieza por ti mismo, amando lo amado, y preservando lo preservado.