sábado, 11 de abril de 2009

Marco Aurelio, tres reflexiones para recordar



  • El hombre verdaderamente virtuoso debe salir de esta vida sin haber conocido ni la mentira, ni el disimulo, ni la malicie, ni la ostentación. Pero a falta de una virtud semejante, hay otra: la de morir aborreciendo estas miserias. ¡Cómo! ¿Preferirías corromperte en el vicio? ¿No te ha persuadido todavía la experiencia de que debes huir de tal peste? Porque la corrupción del alma es una peste mucho más perniciosa que la intemperie y la insalubridad del aire. Este es una epidemia para el animal, únicamente como animal, en tanto que la otra es la epidemia del hombre como hombre.

De mis citas preferidas pues en ella se muestra la debilidad de los hombres y la inoperancia de su ser cuando muchos males se acercan y, lejos de huir, se une a ellos creyendo hallar placeres mayores pero perdiendo su dignidad.

  • El que peca, peca contra sí mismo; el que comete una injusticia e perjudica también a si mismo, puesto que se convierte en un malvado.

  • Perfecciona a los hombres si puedes, y si no puedes, recuerda que para ellos te ha sido dado el sentimiento de benevolencia. Los mismos dioses tratan con indulgencia a esos extraviados, su bondad es tal que les ayudan a procurar muchas cosas; por ejemplo, la salud, la riqueza, la gloria. Te es fácil, además, ser benévolo: dime si no: ¿quién te impide serlo?

La libertad no tiene trabas, por lo tanto si aquellos a los que te es imposible ayudar porque ellos mismos niegan hacerlo con sigo mismos, alejate y sigue tu camino pues tu sabes bien como es cada adoquin que pisas de este sendero de la vida.