sábado, 18 de junio de 2011

DOS PALOMAS EN EL JARDÍN


Jugando con las flores del jardín,
una rosa y un clavel,
empañada inocencia alegre brisa del corazón,
y una rosa te entregué,
y una rosa en el pecho me clavé.

Alboria eterna flor de la juventud,
entre la noche dos palomas se amaban,
volaban por las torres en la oscuridad,
y era inmensa la nada,
que volaban sus almas y cuerpos,
en la brisa que sopla y sigue la vida,
eterno jardín.

Locura y amor,
rosa madura te clavaste en mi corazón,
ebrio recuerdo, noches de juego,
que el miedo supe vencer,
a una flecha en el corazón poseer.

Y deleitosas contemplaban las torres,
la magia de la vida,
el abismo ciego de la oscuridad,
y nuestras almas jugaban y revoloteaban,
ebrias dos palomas,
en el jardín de la pasión.

Noche bohemia,
noche eterna y sedienta que cuan más pediste,
encinto mi corazón te entregué,
y la musa partió de nuevo hacía su palacio,
y retorno y se quedó solo el poeta,
tocando la lira en su corazón,
destos versos bohemios y apasionados,
la llaga de su alma,
flor de la libertad,
musa del amor,
pasión del destierro...

LA BOHEMIA


La vida es como una canción,
comienza suave, suavemente,
con sencillez en la inocencia,
con un futuro que tu compones,
y suavemente se va deshilando,
partiendo con una melodía sencilla,
haciendo una reflexión sobre el destino,
corta, corta, y se disipa la inocencia.

El estallido la expande, la furia, llama etérea de la juventud,
la locura de fuerzas del presente,
que en vida nueva se manifiestan,
la canción es alegretta, despierta,
la pasión se escucha por doquier,
la llama la vida, la pasión por existir,
eterno deambular, de la existencia,
que uno toma por efímera y a la contra,
es pasional...

Pasan los años y la melodía envejece,
sobre sí misma, reflexiona, madura,
y se contrae sobre sí misma,
repite el estribillo, la frase de su existencia,
una y otra vez, porque la canción tiene miedo,
miedo de morir, su tiempo joven pasó,
y cuan piedra sabe que al final, se romperá...

Como una llama, la canción termina y se apaga,
suavemente su eco se escucha,
su llanto en la nada, se va disipando,
perdiéndose en el ocaso de la perdición,,
va muriendo, alejada,
de todo huye, de todo huye,
y finalmente muere...

Me gustaría ser aquella bella canción,
aquel bello sonido,
que una y otra vez,
volvieras a escuchar,
que de mi compusieras tu canción,
inspiración del alma.
-
Me gustaría ser eso,
el aliento de mi corazón,
y con todas mis fuerzas besarte,
una y otra vez,
perdidos tu y yo, en el firmamento,
musa mía...