miércoles, 5 de enero de 2011

CABRONES Y CABRITOS


Cabrones y cabritos, o nuevo arte es el,
de a las masas gobernar,
mediante cabronadas y cabritadas,
unas como tocar los huevos a los fumadores,
hablando de tolerancias y giliflautadas,
"si no fumas vete a la calle o vete a otro sitio",
que aquí en España hay espacio para todos,
y fumar es un placer es un goce,
¿también habría que preguntar antes de follar,
si se puede perjudicar después con el cigarrito de la gracia,
a la acompañante, o denunciar ante el ministerio,
porque tocar tocaba el cigarrito después del sexo?
Por imaginar me lo puedo imaginar,
dividiendo a la población,
eso sí, ZParo que siga fumando sus eleyemes,
y los del Parlamento politica de cabritos,
dale que te pego, antes de cada sesión,
fumando sus porritos.

Pues política honorable para cabrones es, no cabritos,
para los del pepe es, pues a eso los del pesoe no llegan,
sus intelectos tienen la culpa,
tantas influencias de sus papas suplicantes,
amantes del ausente en la dictadura, tienen la culpa,
ellos nacieron con el seso mirando a Ubeda,
y con los martinis tamaño rey que el rey Borbon y cabrón,
en la transición les invitó en el bar de la Zarzuela,
hicieron de ellos cabritos, mientras Blaspi erre que erre,
y ahora los del pepe hacen del cabroneo un estilo nuovo,
criticar por criticar, mientras Rajoy su sillita de reina,
va cuidando, va limpiando, que el presi volverá,
y con ello a los cabrones y no cabritos de la derecha,
en las altas cumbres de la nueva fórmula,
"ser de centro, que eso de derechas ya no cuela",
salvo para los cutres de la Intereconomía esa,
que tanto amor le tienen al ausente,
por algo será que muchos de sus directivos,
echan de menos los martinis tamaño rey,
que con el ausente en aquellos rancios años se tomaban,
mientras la iglesia lamia el suelo por donde
el ausente pisaba, dejandose la lengua mugrienta,
pues el ausente siempre tenía los pies llenos de mierda,
de sangre de inocentes que a los de la iglesia esa,
de mansiones lujosas y sermones de bar,
ahora ya no gusta, pues como las víboras,
cuando quieren dejan de sacar la lengua,
y hacer sonar el cascabel que llevan en el rabo.

Políticas de cabrones y de cabritos,
mientras el pueblo erre que erre,
en sus doce por no decir digo trece,
ahí sigue, aguantando lo que haya de aguantar,
la opresión del estado, su mala fe,
encadenado, y lejos gritos de revolución están,
la política solamente es menester de burgueses,
unos cabrones y otros cabritos,
todos a una, que misma fórmula es.