lunes, 20 de octubre de 2008

VALLADOLID


Amada ciudad que en día te siento,
amada ciudad que en noche te siento,
que eres como una bella estampa para mi,
de lo que fuistes y de lo que eres,
pues como pétalos tu legado esta diseminado,
por las calles abunda como aroma esparcido,
impregnado por doquier.


Esa es Valladolid,
como una mujer hermosa casa al tiempo con España,
una bella mujercita presumida,
que pasea su lujuria.


Pero hay de sus más allegados que la odian,
envidiosos por no saber lo que en ella
tesoro alberga.


Pues valientes a Juana de arco vio salir,
valientes por la Patria contra Francia vio morir,
ilustres con palabras a ella vio servir.


¡Ay amada cuantas historias has de contarme!,
que acurrucado entre tu regazo ahora
del invierno me escabullo.


¡Ay amada cuanto has de enseñarme!,
que acurrucado en tu regazo,
más los días me enseñan tu esplendor.


Brilla y brilla pues bella eres,
la luna de España eres.


Iluminanos y haznos sentir,
flor mía.