miércoles, 24 de noviembre de 2010

SOBRE LA MAL LLAMADA DEMOCRACIA EN LOS CENTROS DE ESTUDIO


Hoy quiero hablar de la libertad de expresión tan repetida tantas veces, pero que sin duda siempre da que hablar, pues atrocidades e insultos haberlos los hay y a millares. El artículo no de hoy otrora no va a ser una excepción.

Os contaré que hoy en donde estudio para conocer a mi cultura y poder obrar sabiamente en el futuro acorde a mis ideas y mis enseñanzas, había elecciones para delegado estudiantil, y no menos era tal la cantidad de jóvenes amilanados que les veías e iban a votar, osea a perder el tiempo, ahora os lo aclararé. Productos,sí, meras etiquetas de barras que cumplían con el código que las habían marcado, pues al fin y al cabo es lo que serán mañana, etiquetas endosadas a envases de Coca Cola (al trabajo me refiero, a su desvalorización espiritual) que una vez vaciadas serán tiradas a la papelera. Y claro tu lo ves, sabes bien como funciona, y para comprobarlo preguntas a los profesores que organizan esa farsa sobre el sí de la cuestión; si sirve para algo, y claro, ellos que son autómatas de estos de radio control te contestan diciendo que sí, que vale para algo. Tratas de indagar más en la conversación, pero honestamente te cierran el diálogo, pues bien saben ellos que con curiosos ávidos de saber la verdad, osea con delincuentes, es mejor no seguir hablando. Pero bueno, más claro es el estupor cuando esperando algo más que la estúpida respuesta del profesorado les preguntas y hablas con los alumnos sobre el caso citado, sobre tanto alardeo de "libertad" y ellos, te contestan afirmandote que sí, que merece la pena votar a un falso mesías que por ganar novias y amigos se ha presentado, pues lo que hoy en día es mirar por los demás como que no, así lo supongo desde mi punto de vista. Porque ellos votan, les prometen mentiras de las que se olvidan en poco tiempo, y como España misma, que venga lo que tenga que venir, yo ya he cumplido aquello que me han dicho aunque no tenga ni puñetera idea de lo que es la libertad de voto y de expresión como tal. Pero claro, uno no se calla, y les cuentas que ese falso mesías al salir elegido tendrá que acatar lo que le manden, y sí él quiere ir a Sevilla y la junta a las órdenes del Ministerio de Educación dice que a Málaga, por mucho que el mesías diga de ir a Sevilla, se irá a Málaga y encima sin altos en el camino, mostrando porqué en España siempre vamos mal, por ir deprisa y llegar a última hora. Pero es una tontería lectores, a ellos, a los alumnos les da igual, ellos son como gallinas, las engordan a base de grano sin poder moverse y después las llevan al matadero y de su carne sacan dinero.

Tras esto citado te das cuenta de la mierda de sociedad siendo claros, en la que se vive; en la que ser nacional y revolucionario, hablar de la verdadera democracia, de la libertad de los pueblos y de los individuos a expresarse, y llevar una palestina por la calle homenajeando a ese pueblo, es considerado como delito moral. Porque la masa piensa que eres un altercador, que con tu voz rompes su insana y "apacible" tranquilidad de ganado de vacuno. Porque a la menor, ya lo sabes, seas estudiante, trabajador o jubilado, seas lo que seas, el sistema mediante sus resortes te expulsará de clase, te echará del trabajo, o bien te torturarán en las residencias como es de moda hacer con nuestros mayores, culpables sin causa alguna. Porque ellos son los capitalistas, gente que tiene miedo, y como estamos en España, la traición es un orgullo máximo. Y es entonces cuando al igual que Patrick Pearse tiendes a reafirmarte en tu trágica voluntad de cambiar las cosas, porque crees en ello por esencia revolucionaria y por necesidad interior. Nos miran con recelo, pero eso es porque ellos saben que amamos realmente a la libertad, somos nosotros mismos, cada uno un mundo único, esencias eternas que buscamos más allá por encima de todas las cosas materiales. Y es por ello que al pasear por la calle o sales de fiesta, te cabreas y lo que he mencionado lo sientes personalmente. Y además porque no solo por ellos cuya causa sagrada nuestra es su libertad, sino porque el sistema va a por todos, y es necesario defenderse y armarnos frente a la tiranía.

Por eso nuestro es el deber de ser coherentes a nuestro pensamiento, ser libres y transmitir y hacer honor a esta dama cuyo nombre nunca me canso de repetirlo porque es la más guapa de todas, aunque no se tome a mal que nuestras bellas mujeres celtas de hoy en día, que en sus largos cabellos castaños y morenos preservan la antiqua esencia, lo sean más que ella. Pero ella es la causa, el destino fatal y a la vez glorioso de todas nuestras luchas. Pues ella, noble dama, en la prisión que hacen los blasfemos de ella, sabe que algún día será liberada por hombres como ella, la libertad.

Hagamos pues hombres y mujeres del trabajo, una virtud,
de la libertad nuestro espíritu,
nuestra esencia, nuestra razón de ser.

¡Por la revolución nacional!