Este es un canto basado en el libro sagrado de nuestros ante pasados los arios revitalizado y continuado por los europeos descendientes bajo otras teogonías en la que cito a la de Hesiodo por ser la que más se asemeja y la hindú cuya étnia nos hermana por compartir mismo origen indoeuropeo con el Baghavad Gita del cual en breve haremos una serie de reflexiones filosóficas acerca de su contenido.
Este canto es como un homenaje particular a todo ello que toma como representación la imagen del árbol Europa.
Un saludo con deseos de que ello aporte nuevas reflexiones.
Bulle la ciudad,
sombras que son luceros,
mil estrellas,
dos soles,
y el mundo gira.
Soy como un espectro,
una voz,
que intrépida se come sus almas,
se come la absurdez,
la ignorancia,
y lentamente las apuñala.
y a poco en agonía se desangran,
sin poder ver mi puñal.
Lentamente, lentamente,
mientras sus sueños muriendo
en la fría calle desaparecen,
y en súbdito una luz se les aparece.
-Es la muerte les digo,
la muerte de su estar,
y el renacimiento de su ser,
bienvenidos a mi mundo,
al mundo de la libertad.
Soy pues como un espectro,
pero realidad es que soy un sol,
aquello de lo que huís.
¿La verdad?
puede ser,
pues yo no poseo forma,
si no que lo formo todo,
y no sois vosotros quienes
en vuestro interior me albergáis,
¡A la contra mortales!
Que vuestro espíritu es el mío,
y todos los caminos conducen a mí,
y aquellos que me tientan son enviados al destierro,
a la penumbra de los días,
condenados al silencio,
mientras que aquellos que me aman,
porque en su amor se hallan los demás,
son conducidos al recuerdo,
a la honra.
Yo soy la vida,
soy aquello que te forma,
aquello contra lo que cargas,
en dioses inferiores me insultas,
me desprecias.
Sígueme y cantemos,
una vieja canción,
la canción de Brahma,
el señor del conocimiento,
aquel cuyo rostro son todos los rostros.
Ven, ven,
una nueva era
apunto esta de comenzar,
la de la libertad,
Europa.
