lunes, 3 de mayo de 2010

CARTA ESCRITA PARA LAS ESTRELLAS


A veces escribo por escribir, y otras veces pienso que lo hago con afán de escapar, de escapar de este mundo por el que sentir siento, pero que también olvidar, si quiero.Soñar y querer abrazar a unas soledades que inmutables, perlas estrelladas,pintan el universo, tejen nuestro destino.

Y es en la palabra donde encuentra su capa el espadachín, donde halla consuelo a sus ganas de huir, a sus ganas de vivir con pasión en la ciudad, donde ebrios son los loores que perfuman nuestras calles siendo de granito nuestros ojos, níquel nuestro corazón.

Más es cuando encuentro en el silencio mi espacio, turbado por la oscuridad de la noche, que cegarme me ciega, y suspiro ciego exalta de las llamas de mis ojos, queriéndome dar respuestas, a las ansías de mi vida, por buscar entre las piedras. Pues sabedor de vivir en un mundo de piedra, que ni ya polvo de estrellas es, pues este brillaría, al contrario que el otro, que solo eternas maldiciones sobre la sencillez. Sobre la esencia de las cosas sabe escupir...

Y anhelan mis ojos el querer mirar al mundo, a las piedras de nombre personas, por aquello que parecen, pero no sientan en el fondo de su alma. Pero no pueden, tal vez por miedo a perder la razón, miedo a abandonar la lucha que mantiene vivas aún dichas manos que escriben en el ahora, y que lo harán en el mañana en los recuerdos.

Soy consciente que rescoldo ya soy, de un pasado que no guarda ubicación en la historia, pero al ahora tampoco, pues al presente no quiero y aunque lo intentará me lamento y digo que no podría. Y es que 20 años tengo, más ya ni creo en ellos, al igual que ya no creo en el mañana aunque reiteradas veces sean las que lo haya mencionado, porque me siento alejado y siento decirme a mi mismo, que con nada me identifico, salvo con mi alma que me guía en busca de esperanzas por las que vivir un día más, y no niego con mis sueños que el descanso turban, en la noche incógnitas replantean.

Tal vez sea que sea estrella, tal vez sea que sea hálito en el tiempo, perdido en la inmensidad de la nada, tratando de hallar razón de ser a un brillo que no siento, pero cuya fuerza me envuelve, hasta ahogarme ebrio de silencio en lo más profundo del olvido. Aunque olvidado estoy, me siento por mi solo, más no me hacen falta más confirmaciones.

Y caminar camino, y escribir escribo, solo vagando por la vida, sin nadie que se preste a acompañarme, pues dado que granito ya no soy, y alma sustancia áurea, polvo de estrellas que a nada salvo a la nada pertenece, camino, hasta que el tiempo mate el corazón y expanda su razón de ser por la nada.