domingo, 27 de febrero de 2011

CANTO A LA PAZ


Hombres, yo a vosotros me dirijo,
y con la melancolía del horizonte os pregunto:
¿Y por qué lucháis, que causa tanto,
os aterra,
para que sigáis matandoós entre vosotros,
y siga el cielo llorando púrpura,
y las madres lloren a sus hijos,
y las mujeres lloren a sus maridos,
y los hijos pregunten por sus padres?

¡Oh cielo de guerra, cuanta miseria,
en tu alba se cierra!
¡Cuanto dolor hay en mi corazón,
cuantas lágrimas en vano derramadas,
sobre océanos infinitos,
que el Sol llora al fondo!

Lloran mis ojos, de un alma qués fruto amargada,
que errante navega por vuestros corazones,
por las calles de una ciudad,
qués de noche y oscura,
bebiendo para olvidar,
¡Cuanto dolor, cuanto dolor,
en mis ojos hay!

Lloro en mi corazón,
golpeo a las paredes,
me duele el puño y callo,
porque ya, bastante dolor hay en mi corazón,
que he perdido el juicio ante este mundo,
cuya sinrazón me supera,
me es llanto y llanto.

Y solo, errante por la carretera,
en el campo, en pueblos mudos de palabras,
pero hablados de sentimientos,
en los ecos del pasado, en almas finitas,
trato de buscar aquella infinitud,
aquel amor,
que en el mundo no encuentro.

¡Seguid errando, hombres,
mas vuestra lucha tendrá un fin!
Pero vuestras almas no lo tendrán,
y si no cesa la sangre,
y si no cesa el odio,
no cesará vuestro llanto,
no cesará el mío.

Sed libres,
mas y no erréis más,
¿más allá?
el firmamento,
contemplarlo,
deleitaos,
amarlo.

Hombres...