lunes, 21 de marzo de 2011

CRÓNICA DE LA SUBIDA A LOS PICOS DEL CANCHAL DE LA CEJA (SALAMANCA)



Ayer domingo día 20 de marzo ya a punto de entrar en la primavera, por primera vez en mi vida, efectué mi primer ascenso. Ello era una idea que tenía ya desde hace años y que tenía pensado hacer en el tiempo previo a mi accidente que tuve el uno de agosto de 2010. Pero claro, yo por aquel entonces vivía para el mañana, no hacía más que hacer planes y planes para huir del presente, y como consecuencia no vivía, era una persona esperando su fin. Y el destino no me fue menos, y fue entonces cuando casi me quedo inválido de por vida, y caí en la cuenta de que tenía que vivir no para el mañana, sino para el presente, luchar no por el placer, sino por el sentimiento, el sentimiento no de buscar la libertad, sino directamente sentirla. Y entonces cuando ya pude por fin sostenerme tras dos meses echado en una cama sin poder moverme me puse a entrenar, y hasta ahora he hecho bastantes cosas. Destaco las más importantes: He pedaleado sesenta kilómetros la primera vez que he cogido la bici tras los dos meses ahí arriba más uno en el que comencé a acostumbrarme a estar de pie y que plasmé en un artículo publicado en este blog; me he pateado y pedaleado una buena parte de la sierra salmantina limitrofe con la extremeña; me he hecho los primeros cien kilómetros en bici llegando a acostumbrarme en las salidas a superarlo llegando hasta la media de ciento veinte por ahí; he hecho mi primer braveteur Valladolid-Salamanca en bici ida y vuelta haciendome ciento cincuenta cada día llegando a superar por algunos más los trescientos totales entre los dos días. Y ahora esto y mucho más que me queda por hacer.

Para ahorrarme las explicaciones del pico que subí ayer adjunto un enlace para que se vea bien el pico (http://www.mendikat.net/monte.php?numero=351es) He de matizar un par de puntos sobre el recorrido:

-Salida desde los Traviesos-Sierra de Bejar-Canchal de la Ceja-Calvitero-Dehesa Candelario.
-Canchal de la Ceja 2428 m de altura.
-Salida desde el Mirador de la Sierra (Los Traviesos 1850 m) ascendiendo en dirección SSE hasta llegar a la Cuerda del Calvitero, en ese punto es encontrado un monolito dedicado a una figura cristiana (2370)

Crónica

Me levanto a las cinco y media de la mañana, desayuno con un tazón de leche algunos cereales y me tomo un batido de cacao para darme fuerzas y moral, pues tengo bastante sueño, apenas he dormido cuatro horas dado que me acosté a las doce. Salgo y veo como por las calles aún quedan jóvenes de fiesta o llendo hacía sus casas, así como botellas tiradas por la calle fruto de los botellones, así como la suciedad habitual de un fin de semana. Llego al autobús y no conozco a nadie, pero a medida que se va llenando se respira un ambiente alegre de personas sencillas, pero bien cultivadas en esto de la montaña. Por mis oídos durante el viaje, comienza a desfilar un singular vocabulario de montaña con lo que yo me quedo así mudo, pues mucha idea como que no tengo. Empiezo a raíz de ello a recordar documentales por el Everest, de las andanzas de Jesús Calleja en Canal 4, una cadena que se burla de los mendigos y que comete demás "actos humoristicos", así como imágenes del pico que voy a subir raíz ello de que días atrás hubiera curioseado por blogs dedicados al tema y al pico, así podría hacerme una mejor idea sobre ello.

A medida que vamos llegando se comienza a ver al fondo altos picos blancos que en la izada de la mañana se levantan con todo su esplendor atrayendo la mirada del espectador. A medida que nos vamos acercando más y más subiendo las pendientes de la carretera, siento con gracia, que por fin conoceré el alma de Evola. Y llegamos, nos bajamos del autobús y siento ganas de vomitar, mareos, debido a una presión a la que no estoy acostumbrado y que no hace más que mamporrear y mamporrear mis oídos. Entonces, ya una vez todo el grupo preparado, en mi caso llevo un piolet para en caso de que me resbalara por una pendiente poder aferrarme clavándolo en la nieve; unos crampones que son unos clavos atados a los pies para usarlos en caso de que la nieve este dura y así poder pisar mejor; una térmica; pantalones de montaña y una mochila con agua y comida. Se da la orden de avanzar y como hormigas avanzamos en fila comenzando el ascenso.

La primera subida se antoja cuasi horizontal. Al principio me cuesta manejarme con el bastón de trekking, y se me hace dura. A medida que voy subiendo tengo la sensación de acercarme al Sol que con toda su fuerza nos mira como si nos alentase con su brillo cegador a retroceder, dando así su mensaje para aquellos que están dispuestos con todas sus consecuencias a desafiarle. De vez en cuando miro atrás haciendome una idea de a cuanta altura me encuentro. Resbalo de vez en cuando, pero sigo. Al final llegamos a lo alto, a una especie de abanico que nos hará de conducir por el borde al primer del Canchal de la Ceja. Al fondo se ve la Sierra de Gredos que blanca se nos muestra ante nuestros ojos con una majestuosidad pocas veces vista en mi vida. Al llegar al primer pico me doy cuenta de que solo es el principio, esto no va a ser un paseo que un grupo hace y a eso lo llama hacer montañismo, no no, esto va a ser montañismo del bueno, del hecho para los duros. Por una parte me alegro, por otra parte en bajo blasfemo, pero bueno, para eso he venido, para desafiarme a mi mismo y a la montaña. Entonces echando unas miradas siento algo desconocido en mi ser, tengo miedo, y caigo en la cuenta de que la montaña ha comenzado a absorber mi alma. Seguimos hasta una pendiente por la que hay que bajar por una cadena metálica, veinte metros pisando hielo. Uno de los jefes me ve así ante la pendiente y ante la que sigue al final de la cadena, algo cagado de miedo dado que una de las cosas a las que más tirria tengo aunque tontería pueda parecer, es al descender en ese medio. Se apiada de mí de buena fe y se ofrece a ir delante mío para que yo durante la bajada pueda apollar los pies sobre los suyos, todo un montañero que según me contó ha estado en todos los picos altos de España, así como pateando los Alpes Suizos creo recordar. Entonces desciende él delante, y entonces bajo como buenamente puedo resbalando en ocasiones mis manos por ese cable, sintiendo como si en cualquier momento me fuera a ir por la pendiente al resbalar mis manos, para después continuar por la siguiente. Pero al final, tras veinte tortuosos metros, lo logro y por ello, para calmar los nervios decido echarme un cigarro, pero el montañero me dice que no, que me sabrá mejor cuando haga cima en lo que delante mío se me muestra como algo grandioso. El cigarro tendrá que esperar.

Subimos a la cima y continuamos por el borde de un abanico con una pendiente tremenda, un despiste y adiós que me voy rodando o bien volando hasta estallarme contra alguna roca. La pasamos viendo como es arropada por una cima rocosa. Miro y vuelvo a tener vértigo imaginando que pudiera caerme por algún despiste por ahí, pero ya menos ello, comienzo a hacerme a la montaña. Y al final llegamos al segundo pico donde la euforia en el grupo se hace latente. Como consecuencia nos hacemos la foto que aparece en la siguiente página web: (http://www.montanerosvallisoletanos.es/hojas/cumbres2011.htm) Entonces viendo ya mis "huevos" al ser el primer ascenso que hago en toda mi vida y enterados algunos/as de lo de mi accidente, comienzan a hablar con migo como joven que soy para aconsejarme y ofreciéndose a acompañarme ya con atención durante el resto del ascenso y de la travesía. En el descanso y posterior almuerzo me dedico a explorar con mis ojos la magnitud de lo que estoy viendo. Es increíble, ahora entiendo a Julios Evola cuando hablaba de aquel YO metafisico que se creaba mediante el esfuerzo partiendo de la triple conjunción del Sol, la montaña y el ser físico. De ello surge el alma, el Dios encarnado en el hombre o la mujer tras su desafío como titán. Los tres principios paganos recogidos en el Bhagavad Ghita: Luz (el Sol)-Oscuridad (el camino incierto por la montaña)-reflexión,equilibrio (el ser ordena los dos principios anteriores y los funde en su conciencia junto a su fuerza, generando la virtud, Dios) Todo eso junto a lo de la creación de una superioridad en igualdad junto a los camaradas de ascenso, la creación de una mística del guerrero que para ser libre lucha primero por su alma, y que luego liberada esta lucha por la de los demás, creando una armonía individualista y colectiva con los demás. Todo esto, lo había leido, me había sumergido en las literaturas indoeuropeas, en la griega, leído textos de los vedas, de Evola y de otros pensadores identitarios, así como mi credo pagano. Pero realmente solo me había quedado con la típica oratoria de primer grado para ir de filosofo por la calle, nada más, en sí había captado la esencia, pero solo una parte de cien. Todo ello a la hora de leerlo como he dicho, resulta difícil de comprender realmente, hasta que se descubre por sí mismo en el ascenso por la montaña. Entonces en mi caso, me doy cuenta de la falsedad de las conciencias monoteístas de la llanura, y de como esas conciencias han sido creadas a la sombra de esa luz que solo conoce aquel que mediante su esfuerzo, se adentra en la montaña y capta su esencia junto a la del cielo y la del mundo que se postra a sus pies.

Bien, tras ello, los siguientes tres picos que subimos, de más altitud cada uno, se me hicieron ciertamente vertiginosos, dado en uno la pronunciada horizontalidad de casi noventa grados, más la considerable altura que te empequeñecía al mirar hacia arriba. Habiendo para subir, incar bien las puntera de las botas con fuerza en la nieve y apoyarme bien en mi bastón de trekking. No sin antes llevar una vez mi cara contra la nieve en algún despiste de falta de apoyo por la horizontalidad de la pared. Pasada esta subida, complacido por la belleza de la montaña, vencido ya más o menos el vértigo al que apenas sentía dentro de mí, iniciamos el descenso. Al ser la primera vez en mi vida que lo hago, me encuentro con la manía de echar el cuerpo hacía adelante pudiendome caer y rodar por la pronunciada pendiente. Por lo que según me indican y así obro, he de erguir el cuerpo en posición de chulo o de molón, como se llame, y bajar con cada pierna apoyando el peso en la que baja golpeando con el talón. Como soy un cabezón raíz ello que al principio me cueste y lo haga con cierta lentitud, encima es una bajada que como he dicho es pronunciada, y algo de ese vértigo aparece en mí. Pasado esto tras un par de descensos más, cansado de hundirme costantemente en la nieve, como esta todo nevado y hemos llegado a lo que parece el nacimiento del Río Cuerpo de Hombre, meto por error la pierna derecha en un agujero nevado, y al tener que estirar la otra pierna para poder salir, se me rasga el pantalón derecho, menos mal que la malla que me proteje del frío no ha sufrido daño alguno, solo la tela. Aún así tanto estrafalario es el aspecto del pantalón.

El resto de la travesía, el descenso por caminos empedrados, se me hace tortuoso debido al cansancio, pues encima hemos echo más recorrido del en un primer momento planificado. A continuación pasamos por la prolongación del río ya en una especie de valle hasta llegar a la carretera que nos ha de conducir hasta el pueblo "Candelario" Por la carretera ya si que no puedo más, en ese momento algo en mí estalla, y lo siguiente son pasos dados entre la vista que se me nubla y la dureza del asfalto, es horrible, y por suerte y por consuelo, no soy el único que esta así, por lo que con quienes sigo y con quienes pierdo, tema para compartir algunas palabras es. Pero es lo mismo, siempre parece que queda ya poco para llegar al pueblo a juzgar por algunas casas que se ven por entre los árboles al final pero nada, y así pasado un buen rato hasta que por fin se divisa, el peor tramo. Los últimos pasos los doy ya con las piernas agarrotadas, veo al grupo y al autobús esperando, me siento, el autobús saldrá en una hora, son las seis y media. Fumo un cigarro, me duele todo, bebo algo de agua y alguien viene y me dice que lo recomendable es que me levante y estire un poco. Lo hago con mucho esfuerzo el levantarme, me dirijo a una pared y apoyandome sobre ella los realizo, sino los hiciera al salir del autobús en Valladolid tendría los músculos agarrotados y apenas podría moverme. Después me dirijo a un bar para hacer tiempo, pido un café, unas aceitunas, me siento y voy viendo las fotos que he hecho con el móvil y las cuales son las que salen en el vídeo de ahí arriba. Y monto por fin en el autobús, llego a Valladolid donde mis padres me esperan con el coche. Una ducha caliente para relajarme mentalmente del esfuerzo físico realizado en ese día, una buena y copiosa cena (dos huevos fritos y queso del fuerte de Cabrales), ojear un poco las fotos hechas con el móvil en el portátil, juguetear con el cielo de mi hamster llamado Nouvelle sino le importa que su nombre aparezca aqui, pues un homenaje se merece a su dulzura y que, recuerdo diario es mi pensamiento, y a la cama...

¿Y hoy? Pues hoy con muchas agujetas, el brazo izquierdo algo quemado así como el cuello, dado que olvidé darme crema en esas zonas. Y bueno, con los ojos cansados y con dificultad para moverme, pero vamos que bien. Lo que he sentido y he visto ha sido impresionante, desde luego en las fotos que salen en el video solo se ve una parte de cien, la magnitud de ese ascenso y travesía es de convenir que se vea más allá de las fotos y se vea con los propios ojos y con el alma evidentemente. Ahora no me siento, soy libre, y sobre todo, lo más importante es que me siento feliz. Ahora ya estoy pensando en el proximo reto que haré con seguridad en dos semanas que tendrá lugar en el Pico Trevinca de Zamora, uno de los más altos de Castilla y León, entre los días dos y tres de abril, a tres días de mi cumpleaños el seis de abril. Eso sí, preocupado estoy, tengo muy claro que este día ha sido el día típico del novato, por lo tanto me voy a andar con menos tonterías y voy a tratar de estar fisicamente a la altura y ser más avizado, cosas que iré perfeccionando a medida que me vaya adentrando en este mundo lo poco o lo mucho que este. Agradecer para finalizar esta crónica toda ayuda y todo apoyo a los hombres y mujeres de la Asociación Montañeros Vallisoletanos. Página web (http://www.montanerosvallisoletanos.es/) Si alguno de ello/as ha leido esta crónica, decirle en nombre para todos, que estaís haciendo una labor tan intensa como agradecida en pro de liberar a las personas de la esclavitud.

Un saludo.

Alexander Rol Jorge el día 22/03/2011 a la 1;23 AM.