martes, 17 de noviembre de 2009

EL PESCADOR


Palidece ya el día,
como un padre que,
agónico llora,
y finos son sus lamentos,
en el cielo se van tejiendo,
hasta acomodarse en su lecho,
abandonando sus aposentos,
huyendo del cielo,
huyendo de la vida.

Despierta la madre luna,
de lágrimas llorona,
por el cielo, solitaria,
vagando,
de sus ojos dejando caer,perlas,
extendidas por el firmamento.

Añora ya anciano el pescador,
abrazado a su caña,
pescando, nubes de ilusión,
esperanzas y sueños,
solo y meditabundo,
vagando con la mirada,
a un mar templado y frío,
donde al fondo espera,
una barca que,
hace mucho,
hacía la eternidad viró,
la de ilustre dama,
de nombre libertad...