sábado, 22 de enero de 2011

¡NO ME OLVIDARE DE TI, AMOR MÍO!


Veo, veo más allá de las estrellas,
pero tu no te acuerdas de mí,
sufro y no lo ves,
porque no soy nada para ti.
Resuena el eco de la lluvia,
como gotas que derraman sobre el mar,
y ahí estoy, desnudo,
bajo las lágrimas del cielo,
llorando con ellas,
pero sufro y tu no lo ves,
porque no soy nada para ti.

No te acordaras de mí,
ni tampoco sabrás por qué me conociste,
ni tampoco sabrás por qué me viste,
y no seré nada para ti,
tan solo un nombre en el cajón.

Lloverá sobre los campos, sobre la ciudad,
y no te asomarás ni tampoco me oirás,
ver como sobre mi, las gotas van cayendo,
y con ellas mis lágrimas,
sobre mi cuerpo desnudo, no lo verás,
sin embargo yo te amaré...

Te amaré por encima de las patrias,
te amaré por encima de las fronteras,
atravesaré mil senderos,
me perderé por mil bosques,
iré al mar y pensando en ti, lloraré,
arderán mis pies bajo cien soles,
arderán mis manos bajo cien tormentas,
arderán mis carnes bajo mil noches,
no habrá un final en el firmamento,
y nunca me cansaré de por las estrellas,
buscar tu estrella,
ni tampoco en los mares y en los riachuelos,
cesaré de encontrar tu reflejo,
pero no me oirás ni de mí tu, te acordarás.

Te amaré hasta el fin de mis días,
mas y con ello no será suficiente,
pues aunque por cien eternidades,
por cien vidas, por amarte, no cesaría,
aunque cien vidas largas estuviese buscándote,
no cesaría, más ni el tiempo sería obstáculo,
todo con tal de amarte,
con tal de mirarte a los ojos y ver el fuego en ellos,
a la pasión de mujer y cerrar los míos,
y apoyarme en tu hombro y descansar,
para después con todas mis fuerzas,
con toda mi energía, besarte, besarte,
y decirte lo mucho que te quiero,
y decirte que eres la luna que por la noche me guía,
y seguir amándote con toda mi rabia por vivir,
por darte todo lo que tengo,
todo, todo con tal de mirarte a los ojos y besarte.

¡Te amaré, lo juro que te amo,
mas y no me importa morir por tu amor!
¡Te amaré, y que cien soles me quemen,
mas y no me importa nada,
mas y solo deseo amarte!
¡Me olvidarás y seré un nombre olvidado en el cajón,
y no me importará pues tu eres mi estrella,
y tampoco me importará que no sepas quien soy!
¡Te amaré tanto como la muerte me ponga fin!
¡Y no será suficiente mas y no será suficiente,
al mundo pongo por testigo,
y mas no habrá nunca un más,
solo con tal de amarte!

Amor mío...