La música, oh preciado don de la naturaleza para transmitir su mensaje, dulce la música, me quiero referir a la música de las olas, del contacto del viento con las hojas, o la misma mente de uno, la de su propio corazón.
Actualmente tendemos a observar una desaparición de esta primnitiva, sustituida por nuevas creaciones surgidas de la rebelión del joven contra su medio, dichas creaciones no son ni más ni menos que la manifestación de que algo en la sociedad no va bien, muchas tienen como finalidad llevarnos y transmitirnos una idea del mundo completamente distorsionada, embuyendonos en un mundo donde el falso placer se quiere convertir en real con mensajes que distorsionan nuestra forma de pensar y como consecuencia fundamentan algunos de los principios básicos sobre los que se fundamenta una nación.
En cambio el conocimiento de las antiguas músicas de antaño, siendo las de origen indoeuropeo las más cualificadas, tienden a transmitir un contacto con el medio natural en el que se desarrolla nuestro largo camino que es la vida, estas nos hacen aumentar nuestra sensibilidad hacia lo que nos rodea y profundizar más en el conocimiento de nuestra personalidad. Es cierto que todas las músicas venidas de los principales pobladores buscan esa misma esencia, el contacto del individuo con dios que no sería ni más ni menos que el mundo que nos rodea, pues la palabra dios es la esencia básica sobre la que se sustenta nuestra existencia siendo este los cuatro elementos(agua, tierra, fuego, aire) y mediante la cual parten todos nuestros conocimientos en dicha búsqueda.
No hará falta más explicaciones, simplemente compruebelo usted mismo, acerquese a una cascada y escuche, relajese y seguramente lo asociara con un sentimiento interior, eso es lo que diferencia a la música denominada pagana con la comercial, y si se adentra por un bosque y escucha se sentirá en casa pues antaño fue la cuna de sus antepasados y sentirá.
El error de hoy en día es asociar un producto al hecho de sentir placer, entonces este pierde sus propiedades básicas y solo se escucha superficialmente. En conclusión, la verdadera música es aquella que no ha de comprarse, es aquella que reside dentro de uno mismo y en el medio que lo ha creado o la que busca el acercamiento a dicho medio natural.
Esto es un video del mar en el cual solo se oye su canto
