domingo, 7 de junio de 2009

LUIS IX EL REY QUE SUPO VIVIR Y SER LIBRE


Mucho se ha escrito acerca de las cruzadas europeas contra el islam y por reconquistar la ciudad sagrada de Jerusalén, pero poco se ha hablado acerca de un simbolismo pagano que impregno todo su cometido bajo símbolos de la época como los cristianos, tal vez porque se concedió al paganismo una existencia en la sombra apta para círculos de iniciados y evitar el caos existente en los tiempos en los que acontecía.

Y poco o casi nada, salvo un par de párrafos se han escrito acerca de uno los monarcas más importantes de Francia y el ultimo de ellos que impulso la última cruzada, monarca que supo encarnar los ideales del héroe desprendido de lo exterior y centrado en un idealismo epicteico de sentir a dios en el cristianismo o lo que sería en el paganismo a los dioses y al medio en el cual el hombre toma posesión de la virtud mediante el ascetismo de la soledad.
Hay dos versiones acerca de su mistica vida: la que nos cuentan acerca de su muerte en el sitio al campamento en la Séptima Cruzada en 1270 y la que habla acerca de su abandono de su regencia y su marcha como mendigo en busca de la soledad.


VERSIÓN OFICIAL
Dicha versión nos cuenta la historia de un rey con fama de místico que nace el 25 de abril de 1214, hijo de Luis VII el León y de la infanta castellana blanca de Castilla, fue primo de Fernando III el Santo.
En 1226 es proclamado rey a los doce años a la muerte de su padre estando la regencia del trono a cargo de su madre. En 1235 contrae matrimonio con Margarita de Provenza, hija de Ramon Berenguer conde de Provenza;La pareja tiene 11 hijos.

Su educación transcurre en parte influenciado por su madre y por su singular curiosidad por las doctrinas clásicas de Roma y Grecia fuertemente educado bajo el dogma cristiano. Pareciendo en contadas ocasiones un anacoreta (se hacia azotar con cadenas de hierro los viernes) o bien con actos de humillación inpropios de un rey tales como arrodillarse y lavar los pies a los mendigos.

Tal vez la curiosidad y el distanciamiento de un rey incomprendido que supo ya de joven buscar amparo a su soledad desnudándose de lo material y concentrando todas sus fuerzas en la doctrina aria de la virtud.
Tras ocho años de regencia muy duros en los que la nobleza francesa y las cortes intentan restar peso político a la corona. La rebelión del caballero bretón Pierre Mauclerc acompañado de un importante grupo de aristócratas será el episodio más importante de estos momentos, pero los rebeldes no consiguieron imponer su movimiento ya que nunca gozaron de popularidad al tiempo que se ganaban la enemistad de los campesinos por cuyos campos pasaban las tropas feudales. La ausencia del éxito de esta revuelta feudal y la figura de la regencia son dos elementos que nos indican la fuerza que estaba alcanzando monarquía en Francia.


El 5 de abril de 1234 Luis IX es declarado mayor de edad. Su débil salud irá acompañada de una extraordinaria fortaleza y de una voluntad de hierro que manifestará en todas su acciones.
Entre 1248 y 1254 Luis IX se embarca para Egypto en la Séptima Cruzada conquistando la ciudad de Damieta pero siendo sorprendidos al luchar en terreno desconocido por el tifus y las insoportables condiciones ambientales que obligaron al rey y a sus caballeros a pagar un alto tributo para poder escapar, cosa que no sucede y gran parte de las tropas muere incluido el propio Luis IX el 25 de agosto de 1270.


LA OTRA VERSIÓN

Daniel Meurois Givaudan conocido escritor e investigador francés nos habla en su libro "Luis del Desierto" de un Luis atormentado que no entiende ni comprende el peso de las riquezas y el poder sobre otras vidas que se ejerce en el trono, y cansado en las últimas debido a la fiebre que amenaza por matarle durante el sitio el Séptima Cruzada toma una decisión.

Aquel que siempre había deseado convertirse en monje y alejarse de todo poder físico en su último hálito y tras profundas reflexiones en las que descubre que su orgullo es algo banal, que su verdadera fe es hallar la paz en un contacto espiritual entre su corazón y el mundo terrenal; Luis IX comunica en secreto a sus hijos Pedro y Felipe y a su confesor, Geoffroy de Beaulieu la decisión de marchar como simple informador de las tropas de los infieles habiendo los testigos prestado juramento de silencio.

Moría el rey y nacía el hombre el 24 de agosto de 1270 siendo colocado en su lugar uno de los irreconocibles cadáveres atestados por el tifus y el calor velado como si fuera el autentico rey por sus súbditos incluidos el propio Geoffroy. Luis IX comenzaba así un camino de soledad marcado por una propia reflexión existencial acerca de su ser y una de sus mejores etapas.
Siendo peregrino paso largas noches en el desierto revelándole su verdadera condición de explorador del infinito, preguntadose y hallando cual de sus dos condiciones se hallaba más a la de su ser, si la de rey o la de peregrino.
Lejos del mundo de poder, del mundo de lujosos ropajes y fastuosas fiestas dabase cuenta que verdaderamente era rey, si rey de su propio ser, y que el verdadero poder es aquel que no se ve, y la verdadera libertad es aquella que no te hace depender del mundo físico y las ataduras de este, pues la libertad se basa en la libre auto conciencia libre de impedimentos movido por el afán de ayudar a los demás, pero nada más.
Siendo ya curado por su propio corazón Luis IX no sin rebeldía se preguntaba "¿Cuál es, pues, esta extraña religión que me habita?". Obvio que había visto en Jerusalen un sueño, una paz que solo se halla tras la muerte, un reino parecido al reino de Avalon, el reino ario de los héroes, retiro que tras la larga lucha y el sacrificio se halla el descanso eterno y que en vida es aquello que como único sirve de consuelo.

"Mi tumba crece en la roca de cada corazón que dice no a la apertura del alma" pues esta existe mediante nuestras acciones y en nuestra forma de expresarnos para con nosotros mismos y los demás, la facultad del auto reconocimiento.

Luis IX muere en el sur de Francia a donde retorna su deuda para con los cataros, aquellos a los que grandes matanzas había acometido terminando con pequeñas pero grandes palabras "Quienes aman hacen parte de mi vida y juntos avanzaremos en la vastedad del corazón, allá donde no se sabe siquiera una frontera".