viernes, 26 de septiembre de 2008

MORIR A LA GRIEGA



La muerte en si es un fin de un camino, el retorno a las sombras de la vida de la que procedemos, una preocupación en todo ser viviente rodeada de incertidumbre por el miedo a asumir nuestro fin como entes vivientes. Un final que ha sido abordado por todas las civilizaciones que han poblado este planeta llamado Tierra, abordándola fundamentalmente por medio de la religión y la filosofía. Tal es así que alrededor tenemos una amplia y rica cultura. Pero nosotros vamos abordarla desde el punto de una de las culturas que más nos ha aportado a día de hoy y que mejor ha sabido reflejar todo el pensamiento humano, y esa es la civilización griega.


Los griegos, aquella civilización esencialmente filosófica que se destruyo a si misma con la tecnificación y el descrédito a sus valores que la protegieron durante siglos. Creían que la muerte en si era un perduración del individuo pero desde el Hados, el reino de los muertos en el cual lo que en vida habían sido valientes guerreros,humildes granjeros etcAhora eran reflejos físicos del individuo que lentamente se ivan consumiendo con sus honores cosechados en vida. Este reino ha sido visitado desde la epopeya por Homero en su Odisea y por Virgilio en su Eneida. Su visión del sujeto enfrentado a la muerte estaba cargada de tintes heroicos completamente relacionados con el servicio prestado por el individuo a la sociedad, pues veían que una de las partes fundamentales en la realización de todo sujeto era su ardor guerrero por defender a su Patria. Con ello entendían que había dos tipos de difuntos:



a)La esencia de todo individuo esta en la juventud, en la que se muestra por completo toda belleza física y toda fuerza y valentía características de la madurez jovial. Y aquellos que mueren en combate conservan todavía su fuerza, su brillo dionisiaco que les caracteriza. Y como tales sus cuerpos han de ser limpiados de sus heridas y arropados con las mejores vestimentas para aposteriori ser incinerado y que su jovial aliento se dirija al mundo de los muertos y allí se conserve eternamente como reflejo de una muerte gloriosa por medio de la cual su nombre pasara a la epopeya.


b)Aquellos que no morían en campo de batalla pero que conservaban el ardor de su corazón de los tiempos jóvenes eran considerados merecedores de tales honores al igual que los otros. Pero aquellos cobardes que se negaban a combatir y eran considerado impuros espiritualmente, lógicamente no eran enterrados con tales honores.


c)Por último estaban aquellos cuyos cuerpos por diversos motivos eran dejados a merced de la descomposición y el devoramiento de los animales, insectos y demás.Era considerado un gran castigo pues se consideraba que un muerto sin funeral, era un cadáver que se quedaba en el estado de transición entre la vida y la muerte no dando reposo final a su alma.


El ritual funerario recordemos que consistía en la incineración del individuo limpiado de sus heridas y arropado de sus mejores galas, para posteriormente su numen o alma viajar al Hados. Sus cenizas eran depositadas en una vasija funeraria y enterradas bajo tierra con una lápida y su correspondiente descripción. Esta práctica refleja el valor del muerto como medio de contacto entre la vida y la muerte al servir su recuerdo como guia por el pasado para mirar al futuro en el presente.