jueves, 25 de noviembre de 2010

VERSOS EN EL FIRMAMENTO


Me siento extraño en un mundo de extraños,
solo con mi compañera la soledad,
sol marchito, estrellas apagadas,
que ya nada brilla,
y pienso que soy muerto en mundo de vivos,
pues ya no tengo esperanzas,
la flor por dentro se marchitó,
y sus pétalos lloraron mientras el cielo
los iba arrancando, mientras gemía.

Ya no quiero ser parte del mundo,
no odio al mundo, pero tampoco le quiero,
huyo en soledad, caminando hacía el firmamento,
sin gloria pues mi brillo, hace mucho,
se apagó...

No quiero soñar porque he dejado de hacerlo,
soy un tallo seco, ya maduro, ya anciano,
sin esperanzas,
sin miel en los labios,
mientras mis raíces se van secando,
y el Sol luz de la lejanía,
se va apagando.

Fumo y me gusta beber,
me gusta inhalar libertad,
me gusta olvidar para no recordar,
me gusta sentarme en un banco, y mirar,
como flores que fueron como yo,
se besan y corretean, gozando de la vida,
mientras me congelo, el frío me azota,
llueve, la lluvia me limpia mis lágrimas.
Y me gusta mirar al alba y fijar mi futura morada,
que muere la vida en mi juventud,
flor marchitada por dentro,
seca su corazón,
llorando lágrimas secas,
que mueren en el corazón.

En mi ida solo se dirá que
en el anochecer de los tiempos,
una llama quiso alumbrar,
y tan intensa como fue su llama,
fue su final.

¡Oh Galicia, patria amada,
mas no puedo esperar!

¡Que mi cuerpo se esparza por tu viento,
por las infinitas tierras doradas por el Sol,
perfumadas por el Mare Nostrum,
que allá en la Finis Terrae aún se escucha,
cánticos a la vida, a la libertad,
de aquellos que hijos tuyos partieron,
hacía tierras gaélicas transmitiendo tu mensaje!

¡Oh amada Galicia, a lo lejos te oigo tocar,
música de gaitas, buen vino y amor,
ya voy, esperame, mi alma beberá a tu salud!

Amada Terra Galega.