Subir esa montaña, pedalear con la bicicleta por aquella sierra, desde que era niño siempre fue mi mayor goce, pues aún recuerdo como con ocho años montado en una de esas tantas bicicletas que me han acompañado a lo largo de mi vida, me subí esa montaña de mil doscientos y pico metros de altura, con una subida de doce kilómetros por carretera. Sin duda recuerdo las primeras sensaciones mientras me perdía por aquella interminable carretera protegida por un bosque precioso; esa sensación de sentirme en lo más alto de la vida, ser pájaro y volar.
De aquellas primeras experiencias han pasado sus años, y siempre que he podido la he subido, pues ni muy alta ni muy baja, pero yo crecí en los veranos y en los inviernos, siempre que tenía vacaciones a la sombra de aquel fantástico lugar. Por eso he llegado a amarla con tanto ímpetu que entre ella y yo se ha establecido con el paso del tiempo una relación de amor, marcada obviamente por el pulso que he mantenido con ella mediante mis esfuerzos. De hecho, hace tres años con un amigo la subí, pero el en bicicleta y yo corriendo, y fue en esos momentos cuando me sentí como un lobo, mientras la bajaba tras habernos rendido a sus encantos y descansado un poco, anocheció y al final de mis fuerzas sentí como si algo me ayudaba a seguir, mientras mis piernas tambaleaban, un impulso mágico me dió fuerzas y esprinté y corrí como el cabrón que siempre he sido, al límite, sin ver nada y con mi amigo guiándome, pero a lo loco. Tal vez como una despedida hasta un reencuentro que he optado por grabar y mostrar al público para con ello mostrarles sentimientos de una persona, una fuerza que he tratado de reflejar en mis palabras, así como una humanidad hoy en esta sociedad perdida. Un homenaje a la montaña y a Salamanca como tierra que aunque sea gallego, es de obligado, respetar y homenajear, pues he aprendido mucho a lo largo de todos estos años, y su esencia perdura en mí.
Además de eso he tratado de usar pocos medios, una vulgar cámara de vídeo con memoria limitada y sin posibilidad de aumentarla, y un móvil con el que hice el corto publicado en YouTube de "Desnudez". De esta forma aprovechando la calidad pésima de las dos lentes he conseguido dividir la grabación en dos en una misma imagen: La que refleja el mundo que voy viendo montando en bicicleta o andando, y otra, la más alejada, el paisaje, para sumirlo en un misterio que solo el que se adentré en él pueda captar la esencia de la apariencia de la imagen en la grabación que muestro. Ese pues ha sido mi propósito, ni mentira, ni nada de eso, simplemente una incitación que espero conseguir. Pues sin duda ha sido trabajo y dedicación el haberlo hecho, y con momentos de riesgo dado que aquella zona ahora en invierno suele estar nevada y grabar mientras caminas y todo lo demás, fácil desde luego no es.
Bueno pues sin más, me despido de ti lector/a y a la vez espectador/a.
Un saludo
EL DOCUMENTAL SE PODRÁ VER AQUI:
PARTEI: http://www.youtube.com/watch?v=y1ljhUqXt4Q
PARTEII: http://www.youtube.com/watch?v=OQ0w8JI8oS0
