domingo, 11 de abril de 2010

LAS MANOS DE ESPAÑA.





La música, esa magia sonora que nos hace sentir la magia de la vida, que hace que esta recobre sentido en momentos donde la tormenta es grande y el dolor supera a la felicidad; dónde se ubica un lugar para guardar los recuerdos en el corazón, aquellos que se amontonan en nuestro pasado y nos hacen sentirnos bien aunque solo sea por unos momentos. No se, mientras redacto estas líneas enjuagadas entre la pena y las lágrimas, porque estoy escuchando dos grandes piezas de nuestra música que por pena he de reconocer que pertenecen al pasado más olvidado de nuestra historia como sentir de España, Concierto en Aranjuez de Joaquín Rodrigo, y Romanza de Salvador Bacarisse ; me siento evocado a mi infancia más querida y triste por la añoranza que la tributo, en la que todavía quedaba algún suspiro de esa España campestre, pobre pero sencilla. Y aún creo escuchar esas voces de personas que hoy por el paso de los años ya no están entre nosotros; de personas sencillas que labraban de corazón sus tierras mecidas por los últimos rayos de un sol que a chiquillos que crecimos bajo su abrigo nos regaban los ojos entre inocencia y alegría, de una España trabajadora pero sencilla que no guardaba más ubicación que en la mirada de nuestros mayores, cuyas grandes preocupaciones en sus vidas eran la familia y su manutención mediante esfuerzo y sacrificio. Más aún recuerdo como crecimos entre las dehedesas viendo la sencillez y humildad de sus mujeres que les acompañaban en las faenas campestres.

No se, me cuesta escribir más, no lo puedo negar, porque por momentos siento que no estoy sentado a la vera de esta pantalla, que no estoy encerrado entre estas cuatro paredes de mi hogar, ni que estoy en esta ciudad; más bien me siento allí revestidos mis ojos de ternura, de ilusión por soñar enamorado del campo, enamorado de mis mayores, y aún siento la felicidad que me daba el sentarme en un banco frente a la iglesia comiendo una bolsa de pipas que por aquellos dulces años de mi infancia valían 100 pesetas, y viendo a los niños y niñas de mi edad jugar a las canicas y al pipo, aquel juego que basaba en jugar con garbanzos y más no recuerdo. Más siento aún aquella laguna bañada por la brisa del atardecer de verano en el que las risas y las correduras entre el barro por cazar ranas, inundaban amistades sinceras, mientras que nuestros labradores nos miraban mientras venían de la dehedesa de cuidar a las vacas, rumiando su fiel compañero el burro al son de los ladridos de los perros, por caminos asperos de tierra, por toscas parcelas levantadas con el sudor de las manos, piedra por piedra, los muros que las rodeaban.

A todos ellos, a mi pasado, al pasado que muchos compartimos esta poema escribo, en memoria de aquellas personas que ya no comparten presencia entre nosotros, pero sí nuestro cariño y nuestro recuerdo. Porque sin ellos no nos habríamos levantado y a mi parecer, no quedaría todavía esa llama de esperanza que se guardaba en sus ojos.

POEMA DEDICADO A VOSOTROS.

LAS MANOS DE ESPAÑA.

España en la memoria,
España en el recuerdo,
España en su corazón,
España en la mirada,
España...

Campo y sol lejano,
espigas doradas,
a su trabajo,
a sus ojos,
grabada la vida,
grabada la ilusión,
por vivir.

Campos y sol lejano,
manos marchitadas,
en su corazón,
en dorados prados,
que por las tierras,
plateadas,
el corazón,
de España surcaban.

Recuerdo y sueño,
que escucho vuestra voz,
escucho al viento,
susurrar,
la paz,
la humildad de vuestras palabras,
la honraded de vuestros corazones.

Espigas segadas,
riachuelos de amor,
fundieron en el pueblo,
mirando a la iglesia,
entre vino y miel,
chorizo y jamón,
y aquellas partidas sin terminar,
del siete de copas,
de el rey de corazones,
de la sota de bastos.

Azul cielo,
verde montaña,
dorado mar de espigas,
de hierbas de finas,
mujeres a la vera,
de la plaza el algodón
golpes de escoba.

¡Que vivan los novios!,
suenan las campanas,
y el pueblo aviva su voz.
Sentados están los ancianos,
los novios se casan,
emergen semillas de amor,
y el arroz se funde con el garbanzo,
arco triunfal,
¡que vivan los novios!,
casase la inocencia con la esperanza.

Recuerdos,
de una inocencia,
de niñerias,
de amor tejido por
luceros que partieron,
a cultivar las estrellas,
que aún sobre la iglesia,
brillan sobre su cruz,
brillan sobre la plaza.

Recuerdos,
de una paz,
de felicidad,
que tributen mis palabras,
a vostros,
y prometo volver,
a jugar con el vino y la miel,
el chorizo y el jamón,
aquella partida de cartas,
que vuestras manos dejaron
sin acabar.

Amor y esperanza,
por vosotros,
por España.

Recuerdos...



JOAQUÍN RODRIGO,CONCIERTO DE ARANJUEZ: http://www.youtube.com/watch?v=X9DOtuPLqNI&feature=related

SALVADOR BACARISSE, ROMANZA PARA GUITARRA Y CONCERTINO: http://www.youtube.com/watch?v=LTeGe2EVREE&feature=related