Durante las reformas de Lutero, Calvino y contemporaneos posteriores Europa asistió a la destrucción del maligno, dado que el mundo empezó a dejar de concebirse como una expiación, que en un principio partía de la base de pecar u ofender a la belleza, a la armonía terrenal de todas las cosas que conformaban el alma del mundo o ethos en griego. Fundamentándose esta destrucción en que nada malo partía del hombre según Rosseau, y que el hombre era lobo para el hombre, pero que así mismo obtenía redimento o petinencia mediante la imposición de la figura del soberano, planteamiento de Hobbes. Del mundo desaparecía el mal absoluto, idea que era considerada como inductoria al albergarse en la cultura europea como causante de todos los males que cometía el hombre, obligado por su Yo pensante. Teniendo una visión del mundo tanto idealista en el que los errores son dictaminados por el soberano o dirigente, y el sujeto acometiete es castigado por el estado, pero en nada su conciencia se siente recriminada, dado que en su moral no se alberga la idea de mal.
Esta tesis ha sido llevada a tales extremos durante las diferentes revoluciones que ha derivado en el materialismo contemporaneo más propio de Marx, y en el conservadurismo de Carl Smith, en el que predomina fuertemente la figura del soberano y la desaparición del ente individual, que era el encargado de ordenar y establecer los medios para evitar esa jerarquicación de las escalas sociales, que a medida que pasan las decadas van adquiriendo hegemonía sobre la base del estado, llegando a superar en poder a las demás bases, finalizando en la guerra civil.
Esta forma de ejercer el control sobre el estado no hubiera sido posible sin la división de este en dos poderes adicionales a la figura del mandamas. Por un lado la religión que ha actuado como forma de condensar las voluntades de ese territorio determinado, y aunarlas en una sola conciencia que actuaba de juez y de intermediaria con el alma más profunda del hombre, dictaminando las ordenes del soberano por medio de la religión, influyendo de sobremanera en la toma de decisiones de los individuos. Luego tenemos a la filosofía. La ligación de esta última al dúo de poderes (religión y soberano), ha sido uno de los hechos más dramáticos de estas últimas edades en la historia reciente del hombre. La filosofía en un principio se planteo como forma de luchar contra la burguesía, de crear el estado perfecto atendiendo a todas las necesidades posibles de los sujetos dentro del estado, conforme a un modificamiento progresivo de las reglas de juego. Culminando por desgracia en la siguiente frase: "filosofar con o sin el pueblo, al lado del soberano de turno". Pasando a ser una herramienta de educar a la sociedad en los principios del soberano para evitar posibles cambios en la tiranía o gobierno que este pueda ejercer sobre los demás.
Así de esta forma hemos llegado a la tiranía de las ideas, a su pérdida de libertad, y al fanatismo, dado que sobre estas actúa una entidad moral superior a la conciencia, Dios material, intermediario entre el soberano y el individuo, perdiendo su naturalidad, su razón de ser. Pues antaño Dios era el uno mismo, encargado como hemos dicho, de fijar las normas que equilibrasen la tensa convivencia con los otros.
2 comentarios:
Hola, soy Jesús Galán Moreno el otro día me pasaste la dirección de tu blog cuando me inscribe en el proyecto alfa.
Estaba curioseando por tu blog y he leído este comentario con un principio realmente bueno y un desarrollo también muy bueno, pero me gustaría hacer una pequeña reseña sobre lo que has dicho de la filosofía y el poder.
Es muy cierto que la filosofía ha estado ligada al poder en los últimos siglos, bueno no lo encuadras en ninguna época, supongo que te refieres, no a Marx sino a un período anterior, me atrevería a decir Kant y sus coetáneos.
El caso es que, por ejemplo, en el caso de Kant fue más o menos así cuando estuvo Federico II el Grande pero con su hijo vivió la censura de sus obras ya que llevaban a un "ateísmo moral", es decir, una visión de Dios desde el punto de vista moral y no como existencia más allá de lo sensible.
No sé si me estoy explicando bien porque estoy simplificando bastante la crítica, de hecho pretende ser un breve comentario porque sólo lo he ojeado.
Cuando dices: "filosofar con o sin el pueblo, al lado del soberano de turno" era muy dado en los coetáneos a Kant, otro caso muy importante fue el de un, por simplificar, discípulo suyo llamado Fichte que fue acusado de "ateo" ,siendo un filósofo partícipe del estado (era precepto) se enfrentó a toda una sociedad moral cristiana establecida y cambió la forma de ver el mundo.
Autores como Hegel (inspirador del sistema teórico de Marx) llevaron la filosofía más allá del poder. Eso sí no hace falta irse a la reforma de Calvino para ver el cambio de los filósofos como figuras al lado del rey, Platón fue un tutor de un rey. Otro caso es el de Maquiavelo o coetáneos a él [no me acuerdo de sus nombres pero son renacentistas] en "El príncipe" hablaba sobre como doblegar al pueblo etc, pero no era original de él sino un tratado de los muchos de príncipes que había en la época.
Bueno espero haber aclarado algo, estoy bastante cansado de exámenes pero si me respondes mañana podría responderte de nuevo, si te parece bien.
Un saludo
Es cierto me refiero a Kant, Hegel etc en cuanto al periodo en el que la filosofía empieza a desligarse de la monarquía, y pasa a sumarse a las clases intelectuales provenientes de seno obrero. Pero así mismo tiene un acercamiento al antiguo credo europeo, el paganismo por parte de Goethe. Los dioses ya no son vistos como adoraciones sacrílegas como el cristianismo lo veía, sino como manifestaciones de la voluntad, del ser en armonía con el mundo, de ahí la tediente necesidad de crear el Yo mismo, como forma de rebeleión frente al estado autoritario.
Hubo filosofos al lado de los reyes como bien has dicho, Platon, pero también es atendiendo a la época en la que se vivia, algo que se puede razonar.
Espero haber satisfecho tu respuesta.
Un saludo.
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