Cada segundo que pasa es como un grano de arena,
que con el viento se desplazan por el tiempo,
quedando su huella en la memoria,
y a ese cúmulo de experiencias,
lo llamamos pasado.
La vida es algo hermoso,
el no saber cuando moriremos,
el que cada momento sea el último
y todo aquello que nos rodea desparezca,
es algo maravilloso,
pues así hemos de vivir,
haciendo felices y creando belleza
y alegría con el corazón,
hasta el último segundo,
pues cada momento puede ser el último.
Es ahí donde nuestra vida cobra sentido,
en ser nuestra alma una luz radiante
frente a la oscuridad del tiempo,
y a la incertidumbre del destino.
No desperdicies tu vida pues,
en sueños y cosas que no tienes,
y que en tus manos no esta la facultad
de alcanzarlas;
Al contrario,
todo aquello que en tus manos poseas,
no lo desperdicies pues son regalos de los dioses,
que la vida te ofrece para que puedas su belleza
y armonía contemplar y deleitarte con admiración,
de cuan poco tenemos,
más radica en su inferioridad su grandeza,
la del sentimiento, la valía de su corazón,
la luz de el alma...
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