"Vivimos en una sociedad en la que progresamos hacia el automatismo en el que las personas existimos porque un mero documento de identidad, unos documentos administrativos así lo certifican, no solo eso, nuestro trabajo, nuestro sudor se ve reflejado en un par de digitos de la cartilla bancario o en los recibos domiciliados que nos llegan tediosamente a nuestros hogares a final de mes porque alguien ha dicho que sea asi. Además tratamos de reflejar nuestra personalidad por medio de la adquisición de bienes de auto consumo para representar nuestro papel ficticio en la sociedad.
Esto crea dos abstractos, el Yo mismo A que es fruto de estar y padecer y el Yo mismo B que es una creación de A y que progresivamente se va dotando de autonomía y representando a otra persona en lo social por miedo a A.
Por estas razones aparece que la máxima forte recaiga sobre la creación de A y B se distancie más y más de este creando un mundo paralelo e irreal en e que B obsesivo busca desesperadamente la felicidad fruto de la perdida insconsciente de A.
Al desaparecer el primero de B, este trata incohexamente de crear una personalidad que se sustantenta en el espacio como un tejado sin paredes ni base.
Esto crea entelekias que necesitan liberar ese vacío y esa perdida por medio del no pensamiento, es decir pasando a ser materiales, sistemas abiertos pero cerrados que reciben luz pero no la crean ni la devuelven, y cuando ello culmina, desaparecen y se convierten en repetidores de lo repetido por otros sujetos que procedieron de idéntica forma, a olvidarse a si mismos"
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